31 de julio de 2007

Reencontrando mi soledad.


Por alguna razón, ya sea laboral o sentimental (ya que ambas razones anteriores requieren de tiempo) he dejado de escribir y de verdad que lo he extrañado. Se que existen personas que no entienden del todo el que yo disfrute tanto de estar solo, piensan, en muchos casos, que soy un antisocial y que no disfruto la vida, pero les puedo asegurar que es todo lo contrario.
Muchas veces el disfrutar de la vida para mi radica en estar solo con mis pensamientos, ideas a veces totalmente absurdas pero totalmente mías así como encausar mis proyectos y valorar mis sueños, durante muchísimo tiempo he dejado de hacer esto y de verdad que lo extrañé, me sentía ajeno a mi, me desconocí, me perdí y ahora me estoy encontrando, simplemente estando solo y pensando.
Es muy difícil poder describirles la sensación de una buena tarde sin nadie a mi lado, puede sonar muy brusco (sobre todo para mi novia), pero así lo siento, es simplemente el disfrute de un libro, ya que ahora estoy desempolvando algunos libros de marketing, ventas y motivación que tanto me gustan, así como yo mismo hacer mis propios artículos, ensayos, poemas o lo que fuese, es simplemente sentirme bien a gusto con mis pensamientos y dejarlos volar a estos y que me lleven a su mundo de fantasía donde todo es posible y en donde una hoja inerte termina teniendo un valor incalculable al estar plagada de palabras que se acomodan y terminan siendo una narración totalmente fantasiosa o un recuerdo hecho prosa o un proyecto laboral con ganas de ser concretado.
Creo que existen muy pocas personas que entenderán este punto de vista y más en una región donde leer no representa placer alguno para la gran mayoría.
Durante toda esta etapa oscura de mi vida, así la considero yo porque me dejé de lado totalmente, debo confesar que aprendí el otro lado de la vida, el del ajetreo constante, el de las compras de fin de semana, el de ver siempre la opción de salir de casa y la verdad terminó aburriéndome todo ese trajín de ir y venir, de salir y entrar, de estar y no estar y sobre todo de estar lejos de mi, totalmente desconectado y absorbido por un estilo de vida que puedo compartirlo (pero por favor no siempre). Solo pido que me entiendan y sobre todo que entiendan que mi soledad es mi refugio, es mi tiempo de comprenderme, es mi tiempo de valorarme, es mi tiempo de disfrute, es mi tiempo de ser yo.
Afortunadamente dos de mis mejores amigos entienden esto perfectamente ya que comparten el gusto por el dibujo, la fotografía y la colección de objetos curiosos como hachas de guerra de la edad media y objetos tan sin sentido como un trozo de embarcación que se encontraron en su último viaje de aventuras al Ecuador, ambos lectores consagrados y bohemios perdidos en el ajetreo diario, personajes con demasiado sentido como para ser completamente entendidos. (prometo que ellos serán los protagonistas de mi próximo escrito, primero debo pedirles permiso)

Enrique Frutos Corrales
enrique_jfc@yahoo.com